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2 de diciembre de 2010

EL AGUA QUE BEBEMOS...

Publicado por La Semana Ya

Es tan habitual abrir la canilla y tomar agua que suponemos es natural, normal, que el agua circule por las cañerías, esperando que la necesitemos. Nunca nos detenemos a pensar de dónde proviene.

Para los habitantes de Los Cardales y zonas aledañas, el agua que bebemos, ya sea de una perforación particular o de la red de agua corriente, proviene de ríos subterráneos. Sí, las llamadas «napas» son, ni más ni menos, ríos subterráneos. Reciben el nombre técnico de «acuíferos». En la provincia de Buenos Aires corren dos a distintas profundidades con agua apta para el consumo humano. La calidad del agua se mantiene gracias a diversos factores, uno de los cuales es la protección que brindan los materiales impermeables naturales que la mantienen aislada de factores externos.

Debemos saber que está en riesgo. La calidad del agua que bebemos está amenazada: si se llegara a construir el mega-emprendimiento en el bañado del río Luján, el costo más alto que pagará toda la población es la contaminación de los acuíferos.



Acuíferos principales
¿Por qué? Por el método ideado para construir en terrenos inundables. Para lograr que determinados sectores del terreno lleguen a tener la altura necesaria y permitida como para habilitar viviendas, se cavan pozos de gran profundidad y con esa tierra se rellenan las superficies a edificar. Con este sistema se «solucionan» dos factores a la vez: se aseguran los permisos de construcción y se resuelve el entorno paisajístico, transformando los pozos en lagos, que rápidamente pierden la categoría de artificiales para volverse paradisíacos.

El problema es el volumen de tierra necesaria: se precisan tantos miles de metros cúbicos que las excavaciones llegan a afectar los acuíferos. Se vulneran las capas protectoras, penetran en el agua sustancias y materiales que contaminan el agua, se pierde para siempre el trabajo milenario de la naturaleza de conservación y renovación permanente de agua pura.

La Asociación Ambientalista de Escobar ya ha llamado la atención sobre la gravedad de esta situación, que en su distrito se manifiesta también por la construcción de barrios en la zona de inundación del río Luján. Ellos afirman:

«La intención de obtener la cantidad de tierra suficiente para levantar el terreno, exige al proyecto Ciudad del Lago perforaciones tan profundas que alcanzan a los acuíferos Pampeano y Puelche en una vasta región de no menos de 400 hectáreas. De esta forma no sólo están quitando los mantos protectores de los mismos sino que los están abriendo y contaminando directa e indefinidamente con toda los sustancias que los alcance. ( …)Al destruir al acuicludo querandinenese se están liberando sus sales y por lo tanto introduciéndolas en los acuíferos que se encuentran por debajo, agregando así más contaminación a los mismos, en este caso salinidad al agua dulce. «

(En:» Barrios sin ley» http://aidaholtz.blogspot.com/2010/08/atr-asociacion-ambientalista-del.html)

Este es el sistema de construcción ya instalado desde que los grandes inversores inmobiliarios tienen en la mira las vastas extensiones de terrenos bajos, accesibles a un costo tan bajo como su nivel, que les permiten aumentar considerablemente las expectativas de ganancias. Resulta que sus ganancias implicarán una pérdida: la del agua potable de la población extendida mucho más allá de los límites de su negocio privado. Nuestra agua, el agua que bebemos.

¿Se podrá evitar que esto pase? Está en nosotros. Nuestro poder como vecinos no radica en el dinero, sino en la información. Tenemos el deber de informarnos, de saber qué hay detrás del discurso optimista de los emprendedores, cuando nos quieran vender una magnífica vista hacia las costas de sus lagos.

http://lasemanaya.com/el-agua-que-bebemos/

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