A continuación, los párrafos más destacados del estudio:
Urbanizaciones cerradas en áreas inundables del municipio de Tigre: ¿producción de espacio urbano de alta calidad ambiental?
Diego Ríos, Becario doctoral CONICET- Universidad de Buenos Aires.
y Pedro Pírez Investigador CONICET- Universidad Nacional de San Martín- Universidad de Buenos Aires.
Este trabajo se basa en avances de una investigación que desarrolla Diego Ríos, con una beca doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas -CONICET, en el marco de los siguientes proyectos de investigación de la Universidad de Buenos Aires: "Riesgo, vulnerabilidad social y catástrofes. Estudios de caso", dirigido por la Dra. Claudia Natenzon; "La configuración urbana de la Región Metropolitana de Buenos Aires en los años '90", dirigido por el Dr. Pedro Pírez.
Resumen
Desde la última década del siglo XX, los actores económicos privados comenzaron a producir urbanizaciones cerradas sobre áreas inundables de la periferia del Aglomerado Gran Buenos Aires, a partir de la incorporación de trabajo, grandes capitales y tecnologías especializadas. Este proceso de producción privada de espacio urbano, en el que convergen intereses tanto públicos como privados, ha sido legitimado a través de discursos referidos a las nociones de "desarrollo sustentable" y "recuperación ambiental", viabilizando el avance de grandes "negocios urbanos" que, contradictoriamente a lo que se sostiene, tienden a una alteración de las funciones ambientales sin precedentes. En este trabajo se abordan las contradicciones que surgen de los procesos asociados a la producción de espacio urbano de "alta calidad ambiental" en términos de la confrontación entre los discursos y las prácticas de los actores sociales intervinientes, a partir del caso paradigmático de las urbanizaciones cerradas del municipio de Tigre.
Introducción
Las tierras altas de la periferia del AGBA, muchas de ellas de gran potencialidad agrícola, fueron las más valorizadas por los actores económicos privados para la producción de urbanizaciones cerradas (UC). Sin embargo, una considerable cantidad de tierras correspondientes a áreas de máxima inundación, también empezaron a tornarse atractivas para el desarrollo de estos emprendimientos a partir de los años noventa.
Ahora bien, ¿cómo fueron superadas en el caso de las UC las limitaciones físico-naturales y jurídicas que impedían transformar las tierras inundables en tierras urbanizables, dando lugar a un formidable negocio urbano? Con la incorporación de trabajo, grandes capitales y tecnologías especializadas (movimiento de suelos y refulado hidráulico) se edificaron enormes rellenos, que implicaron el traslado de millones de metros cúbicos de suelos, permitiendo alcanzar la "cota de seguridad" requerida por las normas. De esta manera, dichos rellenos fueron el sistema constructivo utilizado para incorporar esas condiciones físico-naturales adversas al proceso de producción del espacio urbano y, al mismo tiempo, cumplir con la reglamentación vigente.
La elaboración de un andamiaje discursivo asociado a las nociones de "desarrollo urbano sustentable", "recuperación ambiental" y "valorización del paisaje" acompañó ese proceso, y en un contexto de creciente "sensibilidad ecológica", se orientó a legitimar y viabilizar el avance de esos negocios urbanos
Al mismo tiempo, la producción de ese suelo urbano en el municipio de Tigre fue posible gracias a la contribución de su gobierno local, que aportó con cambios legales y producción de obras físicas. Resultaría de esta manera una coalición, o una convergencia de intereses, entre el gobierno municipal de Tigre y los grupos inmobiliarios en la promoción de la producción de suelo urbano en zonas inundables con base en el relleno. Es por ello que consideramos, e intentaremos mostrar, que discurso ambiental y cooperación público-privada son dos elementos que conforman el proceso que estudiamos.
Esa producción de UC sobre rellenos realizadas con base en una planificación privada del espacio, sin precedentes en la historia del AGBA, contradictoriamente a lo que se argumenta, generó importantes cambios en materia ambiental, alterando las funciones que brinda el ecosistema del humedal y potenciando/produciendo, al mismo tiempo, situaciones de riesgo de desastres por inundaciones.
A continuación, se caracteriza y analiza la articulación entre actores públicos y privados que posibilitó la expansión de las UC construidas sobre rellenos en áreas inundables del municipio de Tigre y sus consecuencias ambientales. Se toma como caso paradigmático la planificada mega-UC Nordelta.
Producción de espacio y cuestión ecológica.
El caso de las urbanizaciones cerradas de la periferia del AGBA
Los actores económicos privados que producen espacio urbano en la periferia del AGBA ofrecen un nuevo producto de "alta calidad ambiental" para los sectores medios y medio-altos: las UC. Esta oferta se realiza a través de una mediación publicitaria y de estudios de marketing que, con un reiterativo discurso ecológico, promueven la necesidad de "vivir en contacto con la naturaleza", como práctica para una "mejor calidad de vida". En esa publicidad, al tiempo que se exaltan los servicios de alta calidad, como los sistemas de seguridad, se omiten ciertos elementos no atractivos para los sectores a los que se dirige el producto, como puede ser el paisaje deteriorado y la inseguridad asociada con los vecinos asentamientos precarios y "villas miseria". De allí la idea de vivir en el "campo", en contacto con la "naturaleza" y las prácticas .positivas asociadas, en tanto "ocultamiento" de los aspectos negativos propios a los lugares donde se implantan.
Se instala, cada vez con mayor potencia, la necesidad de consumo de "espacios verdes". Se despliega una carrera por una tierra promovida especulativamente, desde una suerte de "ideología de la clorofila", gestada por actores económicos privados vinculados a los negocios urbanos, entre los que adquieren un papel fundamental las empresas de publicidad y de marketing.
La magnitud de los impactos en el sector inundable del municipio de Tigre sirvió como disparador para que los actores económicos privados elaborasen discursos orientados a justificar ambientalmente (a partir de las ideas de "saneamiento ambiental", de "valorización del paisaje", etc.) las significativas transformaciones que iban a resultarse de la construcción de las UC edificadas sobre rellenos. Para estos actores los humedales de Tigre eran considerados como "pantanos improductivos", que debían convertirse, a través de la incorporación de capitales y tecnologías especializadas, en espacios urbanos de "alta calidad ambiental" que distinguirían al "nuevo Tigre". Estos argumentos han quedado expresados en sus propias declaraciones (Fernández, 2002): "Acá había grandes espacios de tierra libre, donde no se podía vivir. Eran tierras bajas, y a través de un trabajo de ingeniería se pudo reciclar [...]. Se convierte un pantano, a través de relleno y refulado, en un lugar con lagos". A lo que agrega: "El proyecto ofrece una ciudad con mejores condiciones sociales y urbanísticas, comenzando por la recuperación de un área baja y ecológicamente deteriorada, por medio de obras de saneamiento hidráulico y valorización del paisaje, sin las cuales el terreno seguirá siendo un enorme baldío inaprovechable y peligroso", (p. 57).
Del total de la superficie transformada por las UC edificadas sobre rellenos en tierras inundables del sector continental de Tigre (alrededor de 3.300 ha. para el año 2001), más del 70 por ciento corresponde ados mega-UC24: Nordelta y Villa Nueva. Ambos emprendimientos se presentan como proyectos urbanísticos planificados y en el caso de Nordelta como nueva "ciudad ambiental"25. Es por ello que a continuación se aborda brevemente la historia de este emprendimiento y los discursos que lo legitiman como ciudad ambiental.
La planificación urbana privada: el caso de Nordelta. ¿Ciudad ambiental?
Nordelta es la mayor de las "ciudades privadas" en Argentina. Con una superficie total de 1.600 ha. está integrada por 20 barrios cerrados, con capacidad proyectada de 140.000 habitantes en 20 años, servicios de ciudades intermedias como centros de compra (shopping center y supermercado), sanatorios privados, centros de educación que incluyen desde el jardín de infantes hasta nivel universitario, accesibilidad brindada por nuevas o modernizadas autopistas y rutas, canales de navegación con acceso al río Lujan, dos futuras estaciones ferroviarias, entre otros.
Nordelta comenzó como proyecto en 1972, cuando las empresas Supercemento SAIC.-DYOPSA adquirieron a muy bajo costo parte importante de las tierras pertenecientes al valle de inundación del río Lujan, entre las localidades de General Pacheco y Benavídez en el municipio de Tigre.
Se anticiparon a lo que sucedería dos décadas después luego de la reforma del Estado y el nuevo papel estatal en la producción urbana. Tal como sostiene el presidente de las empresas antes aludidas, el proyecto Nordelta resignificó la producción del espacio urbano, puesto que hasta ese momento el único que podía producir grandes fragmentos urbanos era el Estado
La propuesta del plan director de Nordelta se efectuó bajo la impronta de las nociones de "sustentabilidad ambiental" divulgadas desde las últimas décadas del siglo XX. Los planes directores juegan un papel protagónico en la legitimación de las UC como productos de "alta calidad ambiental".
Los desarrolladores e inversores sostienen que con el cumplimiento del plan director diseñado para la mega-UC se evitarán los problemas tradicionales de los centros urbanos: inseguridad, contaminación ambiental, paisajes deteriorados, etc. Expresiones como estas marcan la importancia que está alcanzando la planificación urbana privada a partir del desarrollo de las mega-UC en Argentina durante los años noventa, "superadora" supuestamente de los errores cometidos por parte de la planificación estatal en décadas anteriores. No deja de resultar paradójico que, sobre la base del debilitamiento de la planificación estatal, se haya fortalecido una rígida planificación privada, no ya con sentido público, sino para el aprovechamiento privado
Algunas consideraciones finales
Actualmente, cerca del 25 por ciento de la superficie del AGBA pertenece a áreas inundables: las cuencas de los ríos Matanza-Riachuelo, Reconquista, Lujan y los bajos ribereños del Río de la Plata.
Como puede observarse, la planificación urbana está siendo apropiada por los actores económicos privados productores de UC (sobre todo para el caso de las mega-UC), no ya como un intento de orientación pública y búsqueda de objetivos generales, sino como manera de producir territorios que satisfagan necesidades privadas.
Las planificadas mega-UC se colocan como "nuevos productos verdes" dentro del mercado de consumo residencial, siendo los planes directores y los planes de manejo ambiental "nuevas etiquetas verdes" que certificarían la calidad de esos productos, medidos a través de indicadores ambientales, tales como: proporción de espacios verdes "públicos" sobre los destinados a viviendas y servicios, tipo de árboles, de céspedes en las canchas de golf, de peces implantados en los lagos.
En oposición a lo que sostiene el discurso de la "sustentabilidad ambiental", la expansión de las UC sobre rellenos en áreas inundables involucra impactos negativos de importantes magnitudes. Concretamente, esa "naturaleza" vendida en fragmentos, en pedazos, por estos emprendimientos inmobiliarios, ha sido transformada, alterando tanto su forma como sus funciones. Al simular los rellenos espacios no inundables, se niegan las cualidades físico-naturales propias que estos ecosistemas tienen.
Los impactos negativos generados son evidencia de cómo los costos y los beneficios ambientales son desigualmente distribuidos en términos sociales. El análisis presentado pone de relieve cómo la lógica de la producción del espacio continúa efectuándose a expensas del deterioro socio-ambiental de los sectores con menor poder: los habitantes más antiguos pertenecientes a los sectores medios y bajos de esas áreas de Tigre.
La necesidad de divulgar a las UC como "espacios verdes", de "vida saludable", lejos del contaminado centro metropolitano, enmascara la obtención de grandes lucros. En realidad, se comercializan tierras destinadas a la producción agrícola (de baja calidad) que luego son vendidas como tierras urbanas. Asimismo, la valorización de las cualidades "naturales" únicas de esos espacios (como las características del paisaje del Delta o de la costa de Río de la Plata), en un contexto de creciente sensibilidad ecológica, permite la obtención de lucros que se obtienen de una renta monopólica. Se suman de esta forma esos dos procesos para hacer a esas operaciones inmobiliarias altamente rentables.
Se opera una despolitización de las consecuencias que traen aparejadas esos enormes negocios urbanos, rechazando la existencia de conflictos sociales que tienen como base al ambiente, la economía y la producción del espacio. En suma, el discurso de "lo sustentable" disimula los problemas del espacio cada vez más desigual y de su producción.
Detrás de esa despolitización parece encontrarse una política urbana local particular. Es el gobierno municipal quien genera las condiciones para que esas grandes inversiones urbanas puedan realizarse: cambios en la regulación, gestiones o articulación de diferentes actores públicos y privados y oferta de financiamiento. Se observa, en consecuencia, una asociación entre las autoridades locales y los desarrolladores de las UC que se basa, por una parte, en la realización de los negocios urbanos y, por la otra, en la búsqueda de un modelo de municipio de clases medias. El gobierno municipal contribuye a legitimar la producción de UC garantizando condiciones de calidad asociadas con la exclusividad del producto. Esa asociación, que parece acercarse a lo que se ha llamado la "máquina del desarrollo urbano" (Molotch, 1976), tiene como resultado más inmediato la orientación de la producción inmobiliaria hacia los sectores medios y medios altos, sin atender las necesidades de vivienda e infraestructura de la población de ingresos medio-bajos y bajos del municipio. En definitiva, parece que se busca una redefinición socioeconómica del municipio, más homogéneamente basada en los sectores medios, más allá de los costos ambientales y sociales que acarrea. Todo ello en un proceso que aparece caracterizado por la articulación entre el discurso ambiental y la cooperación público-privada.
http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0250-71612008000100005&script=sci_arttext